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ANTE EL DESORDEN
Paro general

Por Ivonne Ferreras

El Jefe de las Fuerzas Armadas Dominicana, Teniente General Ramón Aquino García anunció que, junto a la Policía Nacional, "mantendrán el orden público" a propósito de la huelga general convocada para este lunes por diversas organizaciones populares, sindicales y profesionales del país, en caso de que algunos sectores pretendan provocar disturbios durante la jornada.

A propósito de estas contundentes declaraciones, todo mundo se pregunta de qué orden habla el jerarca militar, frente a un país que es un verdadero desorden administrativo

O no contribuyen al desorden los funcionarios ladrones del erario público, que destruyen el país, amparados en las leyes y la Constitución

Y la diferencia de sueldos entre 3 mil pesos mensuales que ganan los alistados y los obreros, frente al millón que tienen el privilegio de cobrar cada mes algunos funcionarios, con la venia del Presidente Leonel Fernández.

Acaso no es desorden el medio millón que se “embolsillan” los funcionarios de cuarta y quinta categoría, o la diferencia entre la pensión de un servidor que puede ser de mil pesos mensuales frente al privilegio de otros que se retiran con 250 mil al mes.

Y la falta de empleos que permitan a la población comer, unida a la falta de servicios como agua potable, energía eléctrica, salud y educación entre otros, no es un gran desorden y violencia en su máxima expresión.

Qué decir de la inseguridad ciudadana que ha ahuyentado a los inversionistas extranjeros y llevado a la quiebra a pequeños empresarios locales.

Acaso no es desorden y violencia, el insoportable incremento general del costo de la vida. Y qué tal la corrupción de cuello blanco, generalizada a todos los niveles y en todo el país.

Entonces, que más tolerancia se le puede pedir a un pueblo a nombre de la intolerancia y el abuso de poder.

Definitivamente la incompetencia, la corrupción y las malas intenciones del gobierno, no dejan otra salida que no sea la huelga general como forma de expresarse frente a tantos desórdenes y violencia permanente, cometida cotidianamente contra la población dominicana.