viernes, 16 de noviembre de 2007

DAMNIFICADOS DE NOEL
Quieren regresar a sus casas;
Pero allí sólo hay lodo por doquier


POR TEUDDY A. SANCHEZ.

BARAHONA. Magalys Michel, madre de seis niños que junto a su hermana Chicha, que tiene tres hijos, todos menores, duermen apiñadas en tres pequeñas colchonetas en el pabellón de gimnasia del Complejo Deportivo del Batey Central, donde están refugiadas desde que las aguas de río Yaque del Sur inundaron sus casas de Bombita y les dañó todos sus ajuares, dice que quiere irse del lugar, debido al hacinamiento, antihigiene, el mal olor, el calor y los mosquitos que allí es el pan de cada día.

Mientras que familias damnificadas alojadas en refugios siguen marchándose a Bombita, Jaquimeyes, El Peñón, La Hoya, Pescadería y Hato Viejo, alegando que no le queda otro camino, porque no tienen seguridad de las autoridades de reubicarlas en lugares seguros.

“En nuestras casas sólo hay lodo por todos los rincones y no sabemos que hacer, porque en este lugar donde estamos, es todo un infierno”, dice Magalys mientras carga en sus brazos al menor de sus hijos. Explica que es mejor regresar a su hogar a sabiendas de que se expone a un nuevo peligro.

Estas dos familias damnificadas de la tormenta Noel, al igual que otras tantas allí refugiadas, claman al gobierno que las auxilie con algunos enseres hogareños para retornar de inmediato a sus viviendas, porque el lugar donde están, es insoportable.

No obstante, dice reconocer que allí no han surgido brotes de enfermedades gracias al control sanitario que mantienen las autoridades de Salud Pública, encabezadas por la directora Provincial de la cartera, doctora Amelia Figuereo Féliz, que día y noche vela porque eso no suceda.

Este mismo panorama viven otras familias damnificadas de Jaquimeyes, refugiadas en el pabellón de levantamiento de pesas de la referida instalación deportiva, donde se quejan que han recibido muy poca ayuda por parte de las autoridades.

“Desde que estamos aquí, sólo nos suministran la comida, que muchas veces llega pasada de hora”, se lamentó Aura Celeste Féliz, quién agregó que, es mejor estar en su casa llena de lodo, que en este lugar.

En tanto, que muchos de los alojados en la Complejo Deportivo y otros refugios diseminados en diferentes puntos de esta ciudad, se marchan voluntariamente a sus casas en Bombita y Jaquimeyes, entre otros pueblos de la Cuenca del Yaque del Sur, a sabiendas de que en ellas solo hallarán lodo y desolación en su entorno.

“Prefiero mi casa en estas condiciones que seguir apiñada como una chiva en este pabellón deportivo”, comentó la señora Luisa Peña al abordar un camión que la transportó a Jaquimeyes, junto a otros damnificados que se marcharon voluntariamente de ese refugio..

Por su parte, la directora provincial de Salud, Amelia Figuereo, llamó a los alojados en la Complejo Deportivo a no arrojar basura ni desechos sólidos en su entorno, ni desperdiciar el agua, para evitar la aparición de ratas y otras alimañas transmisoras de enfermedades infecto-contagiosas.

También llamó a las autoridades del Ayuntamiento para que envíen con más frecuencia los camiones recolectores a retirar los desperdicios allí acumulados.

Manifestó que en ese albergue hay un consultorio médico bien equipado donde se les brinda consultas a los damnificados, y se les vacuna contra la difteria, tosferina, tétanos, rubéola, sarampión, polio y meningococcemia.

“Procederemos hoy mismo a fumigar los refugios diseminados en diferentes puntos de esta provincia, a fin de evitar la aparición de ratas, cucarachas y mosquitos”, dijo la funcionaria de la salud.

Figuereo admitió que muchas personas se han ido porque a veces la comida que se les suministra llega tarde, y en sus casas podrían prepararla más rápido, aunque sea en anafes.

Desde un principio, en estos dos pabellones había cerca de 3 mil refugiados, cuyo número se ha reducido en unos 900, porque muchos fueron llevados a otros albergues debido al hacinamiento, y otros se han marchado voluntariamente a sus hogares, por los que las autoridades harán un levantamiento para determinar cual es el número exacto de los damnificados que queda en los refugios y albergues locales.

Cálculos periodísticos estiman que en los refugios de esta ciudad quedan actualmente unos mil damnificados algunos de los que se han ido iban por la mañana a sacar el lodo de sus viviendas, y en horas de la tarde regresan a los refugios, según declararon varios de ellos.

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